Desde hace días me he dedicado a cambiar el aspecto de una tapa de interruptor y de un viejo pupitre de madera, de mi hermana. Este último tenia años en el patio de mi mamá, llevando sol y lluvia.
Tapa y viejo pupitre después y antes del cambio....
La tapa de madera la lije, le pase una vela por ciertas partes y pinte de rosado claro, luego la volví a lijar para descubrir parte de la madera (protegida por la cera de la vela), para que tenga un aspecto envejecido.
Luego, le pegué florecitas de una servilleta, recortadas con la mano, cubrí con goma, al secar lije y luego barnicé, lije y barnicé (varias veces).
Acá el resultado, una tapa de interruptor de luz, muy tierna y rústica, shabby chic.
Al viejo pupitre de madera, le serruché la tapa de apoyo para escribir, como primer cambio.
Quedando como una silla normalita...
Luego al otro cambio, lo lije y lije, tapé huecos, pasé la vela por varios sitios (para el aspecto envejecido) y pinte la base de blanco y el espaldar de rosado, pegándole a éste unas florecitas de una servilleta y pinté unos puntos marrones, con un esténcil. Seguí lijando y barnizando, varias veces. El asiento es hecho con un pedazo de MDF, que me cortó a la medida un carpintero.
Así quedó.....
Pupitre antes y después...un salto cuántico...
Tapa...antes y después...
Lo viejo y rústico es más encantador y cálido que un objeto nuevo...representa años de vida y un material que no volverá y debemos preservar...
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